Exodus, o los prisioneros voluntarios de la arquitectura, 1972
Si Mies se lamentaba de las copias que se habían hecho con la mejor intención de su Seagram Building (véase el libro Curso Abierto donde Javier Carvajal lo cuenta), no es difícil de imaginar lo que sentiría frente esta new Manhattan en la que simplemente se ha prescindido de su obra. Ya hace tiempo que sostengo que la arquitectura de Koolhaas es más rompedora en lo ético que en lo artístico (véase mi Arquitecturas virtuales: una utopia negociada). Ahora descubro que el profesor Juan Calduch de la Universidad de Alicante piensa lo mismo, aunque yo no estaría de acuerdo en que la "ética utilitaria" del arquitecto holandés está enraizada en la autonomía que Kant le asigna al arte. Creo más bien que es en pensadores como Milton Friedman donde hay que buscar las raíces de la postura de Koolhaas: su rentable utopismo estratégico ya estaba claramente expuesto en su PFC Exodus en 1972.
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